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El pasado mes de septiembre se estrenó en todo el mundo la película Wall Street: El dinero nunca duerme, continuación de la historia que llevó a la pantalla grande Oliver Stone en 1987, titulada tal y como la famosa calle situada en el bajo Manhattan, entre Broadway y el río del este, en Nueva York, donde se encuentra la bolsa de valores de la llamada capital del mundo, Wall Street.
Dedicaremos el programa del fin de semana a escuchar en estreno la banda sonora de esta segunda película de Wall Street, en la que nuevamente el protagonista es el ambicioso, maquiavélico e inescrupuloso Gordon Gekko, personaje que inmortalizó a Michael Douglas. Gracias a su interpretación en la primera cinta obtuvo el premio Oscar en la categoría de Mejor Actor Principal en 1988.
La trama de esta nueva película se desarrolla en el año 2008, cuando estalla la gran crisis financiera mundial. Han pasado más de 20 años desde que Gordon Gekko dominaba el mundo de la bolsa de valores. Luego de pagar varios años en prisión por manipular información y hacer movimientos fraudulentos, el hábil jugador escribe un libro. Cuando lo presenta ante una audiencia, dice: “alguien me recordó hace poco que alguna vez dije “La codicia es buena”. Pues bien, hoy en día, parece ser que eso es legal, porque todos beben del mismo vaso”.
La idea de hacer un filme sobre Wall Street surgió porque el padre de Oliver Stone, llamado Lou, fue corredor en la bolsa durante la época de la Gran Depresión, en la década de los 30. Inspirado en su historia, Stone quiso hacer un filme acerca de ese mundo en el que el Dios dinero y el capitalismo salvaje imperan por encima de todo. Basándose en varios personajes de la vida real, Stone y Stanley Weiser crearon a Gordon Gekko, encarnado por Michael Douglas. Junto a él estuvieron Charlie y Martin Sheen, y Darryl Hannah, quienes interpretaron a Bud Fox, su padre Carl y Darien Taylor, respectivamente. Dicha película fue muy bien recibida por la crítica al momento de su estreno.
En 2007 se rumoró la realización de una segunda parte, algo que se vino a confirmar meses después cuando Douglas aceptó participar en el proyecto como protagonista y productor, y Oliver Stone como director. Gracias a la coyuntura se abrieron las puertas para hacer una buena secuela de la historia protagonizada por Gekko, quien aparece esta vez al lado de otro joven, Jacob Moore, más conocido como Jake, personaje bastante similar al de Bud Fox, encarnado por Shia LaBoeuf.
Jake pierde a su mentor, quien se suicida a causa de la crisis financiera, y quiere vengar su muerte hundiendo a su más acérrimo competidor, Bretton James, antiguo enemigo de Gekko, interpretado en la cinta por Josh Brolin. Es así como Gekko se compromete a asesorar a Jake para derrotar a James, pidiéndole a cambio que lo ayude a recuperar la relación con su hija Winnie, prometida de Jake.
En la primera película de Wall Street, Oliver Stone había utilizado el tema “This must be the place (Näive Melody)” de la agrupación británica Talking Heads, lanzado originalmente en 1983. Para esta segunda producción, el neoyorquino volvió a utilizar el mismo tema además de varias canciones de David Byrne, ex miembro de la agrupación británica, y Brian Eno, polifacético músico que sirvió de productor también de dicha banda.
Los temas cumplen un rol más allá de lo meramente ambiental, ya que cada una de las letras guarda relación con la historia y la secuencia en que se escucha. Adicionalmente, el escocés Craig Armstrong, compositor de bandas sonoras como Romeo y Julieta del australiano Baz Luhrmann o Elizabeth: La edad de oro, compuso un par de cortes incidentales que aparecen dentro del álbum publicado por el sello Todo Mundo, fundado por David Byrne.
Esta segunda película sobre Wall Street guarda la misma esencia y dinamismo de la primera, a pesar de haber sido realizada más de veinte años después que su antecesora, aunque no es mejor que dicho filme. Se destaca la actuación de Douglas, quien volvió a interpretar a Gekko con la misma destreza, fuerza y naturalidad que en 1987. De igual forma, la fotografía y la edición fueron muy bien logradas, como es característico en las cintas de Oliver Stone. El único punto débil, quizás, es que el guión tiene una carga más melodramática que en la primera entrega, y por momentos hay escenas que tienden a ser cursis porque no encajan con el carácter del filme. Esto se puede evidenciar en la última secuencia, por ejemplo.
Para aquellos a quienes les gusta el mundo bursátil y financiero, así como los que desean conocer y aprender sobre el tema, estas películas son un buen y entretenido recurso. La banda sonora cuenta con muy buena música, pues David Byrne y Brian Eno han sido figuras relevantes para el rock hasta nuestro días y lo demuestran con sus creaciones. Gran parte de los temas que aparecen en esta banda sonora hacen parte del trabajo que realizaron conjuntamente en 2008, titulado Everything that happens will happen today.
Domingo 17 de octubre de 2010 - 10:30-11:00 p.m. (GMT -05:00)
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