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El pasado mes de febrero estuvo en cartelera en las salas de cine de Colombia La piel que habito, la más reciente producción del reconocido y siempre polémico Pedro Almodóvar. Este es el decimoctavo largometraje del cineasta español, quien se inspiró en Tarántula, una novela policiaca del autor francés Thierry Jonquet, publicada originalmente en 1995 y traducida al español diez años después.
La película, que fue protagonizada por Antonio Banderas y Elena Anaya, hizo parte de la selección oficial del Festival de Cannes de 2011, fue nominada a 16 premios Goya en la más reciente entrega de estos galardones otorgados por la Academia de Cine de España y obtuvo el premio BAFTA a Mejor Película Extranjera. Dedicamos el programa del domingo pasado a escuchar en estreno una selección de temas de la banda sonora original de este filme, compuesta por Alberto Iglesias, socio musical de Almodóvar desde hace varios años.
La acción de esta película se desarrolla en Toledo, España. Uno de los protagonistas es un distinguido cirujano plástico llamado Robert Ledgard, encarnado por Antonio Banderas, quien creó una piel artificial resistente al fuego con la que su esposa se hubiera salvado, pues se suicidó luego de sufrir graves quemaduras en un accidente. Para lograrlo, Ledgard trabajó durante más de diez años en su laboratorio y aunque dice haber probado la nueva piel en ratones y no en humanos, la realidad es otra.
En su mansión, llamada El Cigarral, el médico cultivó esta piel y la probó en una joven a la que tiene como prisionera, llamada Vera. Pronto se devela cuál es la verdadera identidad de esta joven y las razones por las que Ledgard la tiene encerrada. Una serie de episodios traumáticos ponen sobre la mesa muchos dilemas y sentimientos encontrados que dominan la vida de los protagonistas. La identidad de género, la bioética, el abuso de poder, el amor, la pasión, la venganza, el odio, el dolor y, sobretodo, la obsesión son algunos de los elementos que salen a relucir en esta película de Almodóvar.
La ambientación y la puesta en escena dentro de la mansión es uno de los puntos más destacados de esta producción de Almodóvar, quien cada vez denota más madurez a nivel artístico, sin dejar de lado su irreverencia tan característica. Aunque los cuidadosos planos y la estupenda fotografía, así como las buenas actuaciones de los protagonistas, sacan adelante esta película, la música cumple un rol sumamente relevante dentro del argumento.
Alberto Iglesias ha trabajado con Pedro Almodóvar desde 1995, cuando compuso la música original de La flor de mi secreto y desde entonces han realizado juntos siete películas. Esta partitura en particular es una de las más complejas y valientes del repertorio del hombre nacido en San Sebastián, en 1955. Al enfrentarse a esta historia tan convulsionada creó música con esa misma caracterización: desordenada, caótica, dramática e intensa.
“Mi música pretende tener una simbiosis con el relato. En la balanza entre lo bello y lo funcional, sobre la cual siempre se mueve una banda sonora, opto por la funcionalidad. Sin embargo, no renuncio a la belleza”, afirmó Iglesias en una entrevista reciente previo a los premios Óscar, en los que estuvo nominado por tercera vez por la partitura que compuso para El Topo, una producción británica protagonizada por Gary Oldman.
Sin lugar a dudas, esa delgada línea por la que se mueve el compositor en sus creaciones explica la calidad de su trabajo. Prueba de ello ha sido el éxito que ha ido cosechando a nivel internacional y su reconocimiento en el medio local donde ha trabajado con algunos de los más importantes cineastas del país ibérico como Almodóvar, Amenábar y Médem.
Además de la música aportada por Alberto Iglesias, Almodóvar incluyó cuatro temas de otros artistas. Uno de Chris Garneau, otro del músico y productor danés Trentmoller, el cual fue utilizado también para ambientar el tráiler de la película, y dos de la cantante Concha Buika, quien además aparece interpretándolos dentro del metraje. Esta ha sido otra de las virtudes de Pedro Almodóvar: sabe seleccionar cuidadosamente canciones para sus películas, y muchas de ellas quedan en la memoria del espectador, pues guardan relación directa con el argumento de la cinta.
Esta es, sin lugar a dudas, una de las mejores películas en el historial de Almodóvar. Al igual que en la mayoría de sus producciones, el hombre nacido en Calzada de Calatrava realizó una cinta que ahonda en la complejidad de la psiquis, la identidad, los sentimientos y las pasiones que mueven al ser humano. La música creada por Alberto Iglesias ambienta de manera solvente esta producción en la que nuevamente Almodóvar deja marcada su huella personal y reafirma que el suyo es un cine de autor.
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