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Hace 50 años, el 16 de junio de 1960, fue estrenada una de las películas más importantes de todos los tiempos, Psicosis, cinta dirigida por Alfred Hitchcock, que contó con una de las bandas sonoras más emblemáticas en la historia del cine en general y del género del terror en particular. Su compositor fue el neoyorquino Bernard Herrmann. Dedicaremos el programa de este fin de semana a recordar esta clásica banda sonora.
Psicosis fue basada en una novela del mismo nombre, escrita por el norteamericano Robert Bloch, quien creó una historia ficticia, basándose en hechos reales. Tomó la personalidad de un asesino en serie de Wisconsin, llamado Edward Theodore “Ed” Gein, para crear al recordado Norman Bates.
Fue así como Alfred Hitchcock, el llamado “maestro del suspenso”, se interesó por esta historia para llevarla a la pantalla grande. Con guión adaptado escrito por Joseph Stefano, el británico rodó este largometraje entre noviembre de 1959 y febrero de 1960.
La película nos ubica en la capital del estado de Arizona, Phoenix, donde Marion Crane, una joven mujer interpretada por la rubia Janet Leigh, le roba $40.000 a su jefe, con el fin de casarse con su novio, Sam Loomis. La mujer escapa en su automóvil fuera de la ciudad y se dirige hacia la casa de Sam, sin embargo, nerviosa por lo que hizo, se encuentra con varios obstáculos en su camino: un policía que le pide papeles, la oscuridad de la noche y una tormenta que le impide tener buena visibilidad para seguir su camino. Es así como la mujer hace una parada en el motel Bates, para pasar la noche.
Allí se encuentra con su dueño, Norman Bates, quien fue encarnado por Anthony Perkins. El hombre le dice que hay habitaciones libres y que si le gustaría cenar con él en su casa, la cual queda arriba de una pequeña colina que limita con el motel. Ella acepta y, mientras se cambia, escucha una conversación entre Norman y su madre, quien le dice que no quiere a niñas para cenar en su casa. Enseguida, Norman baja a la habitación y le trae la comida a Marion, le explica las razones por las cuales no comerán en su casa, y posteriormente sostienen una plácida conversación.
A partir de este diálogo, el espectador puede darse cuenta de cuál es la personalidad y la psicología de cada uno de los protagonistas. Ambos hablan de que sus vidas han caído en una trampa, de la cual no encuentran salida. Luego de que culminan la cena y la charla, Marion está decidida a devolver el dinero que robó, ya que tiene un fuerte peso en la conciencia, del cual quiere liberarse.
Pero de repente, cuando se ducha antes de irse a dormir, viene el momento clave de la película, una de las escenas más recordadas y aterrorizantes que se hayan hecho jamás. La escena de la ducha, en la que Norman Bates, vestido de mujer, asesina con un cuchillo a la joven Marion Crane.
Cuando se llegó la hora de musicalizar esta escena, Bernard Herrmann le rogó a Hitchcock que le permitiera mostrarle el corte que había creado para esta secuencia, ya que 'Htich' había optado por dejarla sin música. Sin embargo, al ver el resultado tan impactante que se obtuvo incluyendo la música, inmediatamente tomó la decisión de doblarle el salario a Herrmann, quien definió la música que creó simplemente como terror.
Luego de ocurrido el asesinato, Norman Bates lleva el cadáver de Marion Crane en el carro de la víctima, envuelta entre la cortina del baño. Cuando llega a un pequeño pantano, deja que el vehículo se hunda con el cuerpo de Crane, que se encuentra en el baúl.
Al no conocer el paradero de Marion, su hermana, su novio y un inspector, inician la búsqueda para encontrarla. Al llegar al motel, interrogan a Bates e intentan hacer lo mismo con su madre, pero fallan en el intento, puesto que Norman les dice que ella está enferma y no los atenderá. Sin embargo, esto no será un impedimento para que ellos entren a la lúgubre casa, donde son atacados por la misma mujer que asesinó a Marion.
Hay muchos aspectos para analizar sobre esta aclamada película, que fue rodada a blanco y negro. A nivel de la historia y de los personajes, podemos ver las ironías respecto a la vida, el amor, el sexo, el sentimiento de culpa y la muerte, tan característicos en el cine de Hitchcock. También, por supuesto, el psicoanálisis y el suspenso, que fueron manejados de una forma magistral, capturando totalmente la atención de las audiencias.
La música es una de las obras más representativas en la historia de las bandas sonoras. Alfred Hitchcock atribuyó el 33% del éxito de la película a la música creada por Bernard Herrmann, quien optó por crear una partitura para orquesta de cuerdas únicamente, argumentando que no debía haber secciones de maderas y metales o percusión, porque la cinta era en blanco y negro.
El filme fue nominado en las categorías de Mejor Director, Mejor Actriz de Reparto, Mejor Fotografía a Blanco y Negro, y Mejor Dirección Artística en los premios Oscar. Además de esto, el impacto cultural que tuvo esta producción fue enorme y aún, hoy en día, sigue siendo una de las más recordadas en toda la historia del séptimo arte. Hubo cuatro secuelas realizadas entre las décadas de los 70 y 80, la última de ellas realizada como película para televisión. Ninguna de ellas tuvo gran acogida.
Domingo 13 de junio de 2010 - 10:30-11:00 p.m. (GMT -05:00)
Escúchelo por los 91.9 FM de Javeriana Estéreo en Bogotá o a través del audio en vivo de la página web http://www.javerianaestereo.com/ desde cualquier lugar del mundo.
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